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FAMILIA Y TELEVISIÓN, TIPS PARA EL BUEN USO

FAMILIA Y TV

Desde la primera infancia y a lo largo de nuestra vida cotidiana estamos expuestos a los atractivos mensajes de un aparato receptor que ya forma parte de la ecología familiar.

La televisión es un regalo con riesgos en su interior.

Un don puede ser un bien o un peligro. Es hermoso recibir obsequios empaquetados, aunque arriesgado, si no se sabe lo que hay dentro. En un paquete puede haber bombones, como en la película «Forrest Gump», bombas, como las que envían los grupos terroristas, o griegos, como en el caso de «Troya», en el que iban, para bien de ellos y mal de los troyanos, a lo suyo.

El televisor, como el caballo de Troya, está lleno de griegos armados de violencia, de comercio, de engaño, de publicidad, de trucos, de elementos que podemos considerar negativos en determinadas circunstancias. Al mismo tiempo, y de ello no solemos quejarnos, la televisión está repleta de información, de documentación, de historia, de problemas que debemos conocer, de arte, de espectáculo, de diversión, de imágenes y de cultura.

Lo incuestionable es que hoy medios (sobre todo la TV.) son para niños, y prácticamente desde el mismo nacimiento, parte fundamental y estructural de su vida: están con ella más tiempo que en una escuela que les resulta mucho menos placentera, y seguramente aprenden más allí respecto a la vida, costumbres y normas sociales. Todo esto pueden verlo y lo saben de hecho no sólo los educadores que observan la disminución de su peso educativo- quizás no tanto, aunque sustancial, en el suministro de conocimientos, sino sobre todo en las esferas mucho más importante de normas, ideales e ideologías, etc.-, como también los que ven cómo los niños juegan a lo que les muestran los programas de moda, quieren ser como sus personajes, etc., así como aspectos similares en adolescentes, adultos, etc. En este sentido es de recordar la lucidez de uno de los escasos sociólogos norteamericanos críticos cuando resumen el problema señalado que “los medios masivos de comunicación: 1) le dicen al hombre de masa quién es: le prestan una identidad; 2) le dicen qué quiere ser: le dan aspiraciones; 3) Le dicen cómo lograrlo: le dan una técnica; 4) le dicen cómo puede sentir que es así, incluso cuando no lo es: le dan un escape”

Es por ello que no constituye ninguna exageración afirmar que los medios son actualmente una verdadera “escuela” para la estructuración de las personas.

A continuación, algunas sugerencias que permitirán hacer un buen uso de la televisión en nuestro hogar:

  1. Utilizarla como medio de convivencia y de comunicación dentro de la familia.
  2. Dar una explicación de lo visto.
  3. Establecer momentos y tiempos para ver la televisión.
  4. Utilizarla como entretenimiento, pero nunca como la única opción.
  5. Ver programa educativos, informativos y de entretenimientos sano.
  6. Establecer reglas para verla y explicar la razón de ellas.
  7. Seleccionar la programación que se verá.
  8. No utilizarla como nana, para entretener a los hijos y que no den lata.
  9. Aclarar el error presentado en la televisión y porque es incorrecto.
  10. Reflexionar sobre lo visto, oyendo la opinión de todos buscando las consecuencias.
  11. Buscar reconocer los estereotipos que nos presenta, mediante preguntas formuladas por los padres.
  12. Comentar los anuncios, ver si distorsiona la realidad, si juegan con las emociones o que es lo que en verdad quieren vende. Comprendiendo que los anuncios no reflejan la realidad, ni de las personas, ni de las situaciones que presentan. Pensar si lo que presenta como necesidad realmente lo es o no.
  13. Platicar sobre los personajes, artistas o modelos que presentan, enseñando a distinguir entre lo real y lo imaginario, entre lo bueno y lo malo, en una palabra cuales si pueden ser modelos en la vida y cuáles no.
  14. No utilizarla ni como premio. ni como castigo.
  15. Ser ejemplo para los hijos en cuanto al uso de la televisión,
  16. Solo prenderla cuando hayan acabado de hacer todas sus obligaciones.
  17. No ver la televisión durante las comidas.
  18. Guardar el equilibrio con las otras actividades (deporte, juego, lectura) en nuestro tiempo libre. Dedicarle el menor tiempo a esta.
  19. Examinar cómo afecta a la familia positivamente o negativamente. Que se puede hacer para eliminar la influencia negativa.
  20. Evitar encenderla automáticamente, nada más se llegue a la casa.
  21. No quitarle tiempo a la convivencia familiar por ver televisión.
  22. No permitir que se vuelva causa de peleas entre los hermanos.
  23. No tener televisiones en el cuarto de los hijos.
  24. Los hijos pequeños deben pedir permiso para encenderla.

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