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El Mundo de los Valores

NIÑOS Y EL CONFINAMIENTO DE ESTE TIEMPO ¿QUÉ HACER?

Niños en casa

Un simple microorganismo ha puesto en jaque a nuestra sociedad, de manera que se han activado medidas nunca antes vistas, de confinamiento en nuestros hogares. Este cambio brusco de ritmo de vida, nos exige algunas medidas excepcionales de adaptación para lo mayores y también para los más pequeños de la casa. Estas medidas, aunque esperamos sean temporales, van a durar algún tiempo más  y, como en las carreras de fondo, debemos dosificarnos para llegar a la meta y planificar bien lo que vamos a hacer y como llevarlo a cabo evitando angustias innecesarias.

Y ahora miremos a nuestro lado, a nuestros hijos.

Como padres tenemos la potestad de decidir si los enviamos o no a clases presenciales, o si estudian mediante la alternancia, o si, definitivamente se quedan en casa a recibir sus clases de manera virtual. Debemos tener en cuenta que los estudios nos dicen que los niños cuando no están en el colegio, como en unas simples vacaciones, tienden a estar menos activos físicamente, pasar más tiempo delante de las pantallas, mantienen un patrón de sueño más irregular o llevan una dieta menos saludable, acciones que tienes unas penosas consecuencias para su salud.

Al menos tan importante como lo anterior, es el impacto emocional que esta situación puede tener para los niños y adolescentes. Entendiendo que estamos ante una situación de estrés mantenido, donde se combinan los miedos, la falta de información o el exceso de desinformación, la reducción del contacto social con los amigos o compañeros de clase, la frustración o incluso el aburrimiento, son factores que les van a sobrecargar. Cuando estos tiempos fuera de su rutina se prolongan, entramos en un terreno nada recomendable, con un potencial impacto negativo sobre la salud física y mental. Estos efectos es importante tenerlos especialmente en cuenta en aquellos menores que ya padecían algún problema de salud mental con anterioridad. Si ese es el caso, consulta con un profesional por si tienes que llevar alguna medida adicional o cuidado concreto.

La mayoría de los colegios ya están haciendo tremendos esfuerzos para que las actividades docentes se mantengan en la medida de los posible. Clases online, video clases o programas en remoto son algunos de los ejemplos que se están utilizando. Estas acciones además de su valor intrínseco para evitar interrumpir el proceso de aprendizaje, tienen un valor si cabe aún más importante, al ayudar a sostener una estructura estable en la rutina de los más pequeños. También contribuye a aliviar, aunque sea en parte, las preocupaciones de los padres. En estos momentos todo lo que ayude a mantener una rutina y bajar ansiedad, es bienvenido.

Estos módulos de aprendizaje, se deberían complementar con acciones encaminadas a mantener un estilo de vida saludable también durante el confinamiento. Haciendo especial hincapié en la promoción de la actividad física aún dentro de casa, el cuidado de la dieta o el sueño, así como recalcar las medidas de higiene personal, tan importantes para parar la propagación del COVID-19.

Don´t panic!. Hoy en día podemos encontrar recursos online de toda índole. Dado que las pantallas van a ser parte de la vida de nuestros hijos estos días, porque no tratar de sacarle algo de partido. Podemos apoyarnos en plataformas de entrenamiento cognitivo como Sincrolab o Cogmed, o inclinarnos por juegos educativos, como Cristic o Smile & Learn. También podemos apostar por algo mas sencillo como la lectura o cocinar juntos.

En este sentido, los padres seguimos siendo los modelos de comportamiento en los que se fijan nuestros hijos, con lo que en estos momentos, una buenas competencias parentales se hacen especialmente necesarias, ¡cuídate y verás como ellos también se van a cuidar!.

Salir reforzados

Este escenario también ofrece oportunidades que nos permitirá salir reforzados cuando pase el confinamiento. Por ejemplo, podemos tratar de entrenar la autodirección de los más pequeños de la casa, que se podría resumir en saber que tienen que hacer, cuando no saben que tienen que hacer, es decir seguir la rutina establecida por ellos mismos, aunque tenga potentes distractores, como pueden ser las pantallas, a su alrededor. Esta situación nos va a llevar a intensificar la interacción con nuestros hijos, pues vamos a tratar de reforzar nuestros vínculos con ellos, con momentos para hacer cosas en familia como jugar, leer, cocinar, ver una serie juntos o incluso practicar algún tipo de ejercicio físico dentro de casa, y por supuesto hablar, y hacerlo de sus miedos, preocupaciones y necesidades, procurando ser su repositorio donde nos dejen diariamente su ansiedad. Además, si conseguimos reforzar nuestros lazos familiares, también estamos ayudando a la salud mental de nuestros hijos para hoy y en el futuro.

Por el doctor Javier Quintero, médico psiquiatra, especialista en niños.

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