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El Mundo de los Valores

CÓMO ENFRENTAR LOS PROBLEMAS CON SERENIDAD

PROBLEMAS-Vs-SERENIDAD

Todos tenemos problemas, la diferencia está en cómo los enfrentamos.

Una actitud positiva frente a los problemas es clave para solucionar aquellos que tengan remedio.

Todas las personas, en un momento u otro, nos sentimos desbordadas ante un problema o varios problemas a la vez. Y a menudo, más que el problema en sí, lo que realmente nos agobia y paraliza es la incapacidad de afrontarlos con serenidad. El clásico y nocivo pensamiento de «no sé por dónde empezar». Cuando surge una crisis, enfrenta problemas con solidez anímica y sin derrumbarte emocionalmente. Las mejores armas para lograrlo son el sentido común, una mentalidad positiva y analítica, la honestidad con uno mismo e incluso auto-imponernos algunos hábitos que nos ayuden a mantener la cabeza fría.

Lo primero de todo, lo más esencial, es identificar y aceptar el problema. Una vez identificado (puede ayudar mucho algo tan simple como escribir sus causas en un papel, esto nos dará perspectiva y nos ayudará a ordenar los pensamientos), debemos tener muy claro que realmente queremos solucionarlo. No hay peores enemigos en este tipo de situaciones que la pasividad y el encerrarse en uno mismo, compadecernos. Entonces debemos esforzarnos en buscar las posibles soluciones a nuestro problema. Acostúmbrate a hacer preguntas a los demás y escuchar detenidamente sus respuestas, e incluso a hacerte pregunta a ti misma y a responderlas con honestidad; recordando que una de las bases de una buena relación es poder respetar a la otra persona. En esta fase, hay que ser muy flexible y tener en consideración todas las posibles soluciones. Preguntar a amigos, personas de confianza o, dado el caso, personas bien informadas respecto al tipo de problema que tenemos, nos ayudará a ampliar la lista de posibles soluciones, a tener la mente bien abierta. Eso sí, conviene que no perdamos de vista que la última decisión es nuestra y sólo nuestra. Es nuestra responsabilidad.

Cuando tenemos que enfrentarnos a un problema o a una situación que nos produce temor, puede ser de gran ayuda que nos preguntemos «¿Qué es lo peor que puede ocurrir?» y luego «¿Qué más puede ocurrir?». De este modo hallaremos varias posibilidades, una muy mala, otra buena y otras intermedias. Y entonces debemos considerar cuál de ellas nos parece más razonable, más viable, porque muy posiblemente ahí esté la solución a la que debemos aferrarnos. Enfrenta problemas pensando y reflexionando sobre las posibilidades con calma antes de tomar una decisión que puede afectar a la relación.

Por supuesto, cuidar nuestra autoestima es algo también crucial. Debemos repasar cuáles son nuestras mejores virtudes e incluso no avergonzarnos en preguntarle al respecto a personas cercanas porque a menudo los demás ven virtudes en nosotras que nosotras mismas no imaginábamos. Y siempre debemos procurar buscar el lado positivo y agradable de las cosas, incluso en las situaciones más complicadas y angustiosas. Puede parecer un tópico desgastado, pero cuando logramos verlos desde otra perspectiva o nos enfrentamos a ellos con firmeza, muchos problemas acaban transformándose en grandes oportunidades para cambiar y mejorar nuestra vida, o por lo menos, salir de ellos sintiéndonos fortalecidas.

By. Vista

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